🐾 Olfateando Sabores con Charo de Miguitas
Una entrevista de Un Perro Implicado a una repostera perruna sin igual
Dicen que el amor se conquista por el estómago… y eso también va para nosotros, los de cuatro patas. Nosotros lo supimos desde el primer bocado, porque —sí, ladramos esto con mucho orgullo— fuimos los primeros clientes de Miguitas. Cuando aún no había tienda, ni obrador, ni colas perrunas esperando fuera con la lengua fuera. Solo horno, cariño y muchas ganas de hacer las cosas bien.
Desde entonces, nuestras rutas olfativas tienen una parada obligatoria: ese obrador donde huele mejor que en la cocina del abuelo y donde cada galleta cuenta una historia de salud, sabor y mimo.
Así que hoy, como perro entrevistador y cliente veterano, me he colado en Miguitas para charlar con Charo: la humana que cambió la educación canina por la repostería más implicada y deliciosa del mundo can. ¿Listo para leer algo que huele bien hasta en digital?
🦴 Vamos a la entrevista:
Hola Charo, ¿cómo le explicas a un perro que tus galletas no son mágicas pero sí que saben mejor que la pata del sofá?
—Cuando le das a un perro una galleta tan dura como la pata del sofá, pero que además sabe a frutas, carne o pescado y con una sabrosa cobertura de yogur para chupar… se olvidan enseguida de lo soso que es roer el mobiliario y prefieren roer la galleta.
¿Recuerdas la primera tarta que horneaste para un perro? ¿Salió bien o hubo drama de bizcocho?
—La primera tarta la horneamos para nuestros perros, y claro, entre que tenemos experiencia “panadera/repostera” y que jamás usamos levaduras ni gasificantes, el bizcocho quedó estupendo. El drama no fue el resultado final del bizcocho, era la cara de ansiedad por devorarlo de nuestros perros, jajaja.
¿Por qué huele todo tan bien en Miguitas? ¿Nos estáis tentando para ver si pasamos la prueba del autocontrol?
—Todo huele rico recién horneado, es cierto que cuando pasan las horas el olor va desapareciendo… para los humanos, claro. ¡Para los perretes el olor sigue siendo inconfundible y apetitoso! Tanto que efectivamente el autocontrol se ve en peligro cuando localizan el aroma de las chuches que les hacemos y traen a rastras a sus familias calle abajo a la puerta de nuestra tienda.
¿Cuál es la receta estrella de la casa? Esa que hace que un perro con correa flexi se siente solo con olerla.
—Nuestro brownie es la estrella, un concentrado de hígado de pollo y algarroba que atrae hasta a los humanos a la puerta.
¿Alguna vez un humano ha intentado comerse algo de Miguitas pensando que era “real food”? ¿Confesiones, por favor?
—Sí 🙂 Es cierto que tanto la dureza extrema de nuestras chuches como la falta de sabor por la ausencia de sal o azúcar, hace difícil que nuestras chuches sean apetecibles para los humanos, pero sí, más de un humano ha comido nuestras chuches, algunos por curiosidad, y otros porque habitualmente no comen azúcar ni sal, y nuestras galletas o bizcochos recién horneados les agradan, sobre todo las galletas de salmón o de frutas. Tenemos una clienta que comparte el bizcocho de hígado de pollo y algarroba con su perro, ¡le encanta! Nos pide que esté crudito por dentro para su perro, y muy tostado y crujiente por fuera para ella. También tenemos mamás que ya no se pelean con sus hijos pequeños para que no les roben las galletas al perro, ya que según ellas, nuestras galletas son más sanas que las que se venden para humanos.
En casa decimos que sois “el Zara del perro foodie”… ¿Cómo se pasa de hornear en la cocina a tener tiendas y obrador propio?
—Primero hay que saber de nutrición, de mezclar ingredientes y cómo mezclarlos, ya que no todo vale. Nuestros perros y gatos merecen comer sano y equilibrado y para ello, hay que tener conocimientos. Y después hay que cumplir con una treintena de requisitos que tanto el Ministerio de Ganadería y Alimentación Animal como Sanidad imponen. Es muy difícil, no voy a mentir, pero con ganas y pasión por lo que se hace, todo se puede conseguir.
¿Cuál es el ingrediente secreto que nunca puede faltar en una receta de Miguitas? (No vale decir “amor”… bueno, vale un poco).
—Pasión, es el primero, honestidad en nuestras recetas es lo segundo y no menos importante, los ingredientes más sanos y frescos del mercado. No valen los descartes de la alimentación para humanos, y no valen ninguno de los ingredientes de la innumerable lista de aditivos que tanto mal les hacen. En Miguitas nuestros clientes JAMÁS encontrarán aditivos como el azúcar ni sus derivados que tan bien disfrazados están como la maltodextrina, sucralosa y demás, ni levaduras de ningún tipo, gasificantes, glicerinas (que tan blanditas dejan a las galletas), conservantes, féculas ni almidones… hay un largo etcétera de ingredientes prohibidos en nuestras recetas.
Si decimos que la receta lleva fruta, harina, aceite y yogur, es lo único que lleva.
¿Es verdad que también hacéis helados y gazpacho perruno? ¿Cuándo abrís un chiringuito de playa canino?
—Sí, hace años que hacemos los helados más sanos del mercado. SOLO llevan yogur sin lactosa y el sabor, ya sea fruta, carne o pescado deshidratado. No llevan cereales ni espesantes, solo yogur y sabor. Más sanos y sabrosos, no sabemos hacerlos. Y el furor de los dos últimos años, el gazpacho para perretes es el favorito del verano, y de nuevo con nuestra máxima: solo frutas o verduras deshidratadas y el sabor a elegir.
De momento no tenemos puestos de venta en la playa 🙂 Pero quién sabe qué nos deparará el futuro.
Tú vienes del mundo de la educación canina… ¿Cómo conviven las chuches con la educación? ¿Aliadas o tentaciones traicioneras?
—Las chuches son una herramienta más a usar en la educación. Si se usan bien, con cabeza y sin abusar, pasan de ser una tentación traicionera a un gran aliado. Gracias a ellas, tanto mis perros como muchos otros han disfrutado de una buena educación basada en una motivación positiva. Es más, actualmente contamos con una nueva gama de sticks de carne deshidratada que son un éxito para la educación de nuestros perretes.
¿Cuál es el error más habitual que cometen los humanos al elegir premios para nosotros? (Dilo sin juzgar… pero con elegancia perruna).
—Que los humanos compramos pensando en nuestro paladar, no en el del perro. Casi siempre compramos chuches que huelen a dos kilómetros de distancia y a cosas como bacon, vainilla, coco, mantequilla y demás ingredientes que solo son de nuestro gusto, no el de los perros. Eso además indica que llevan aromas añadidos. Los premios que huelen poco o nada, indican que no llevan aditivos ni aromas. Para el humano el olor de esos premios no existe, pero el perro lo percibe a mucha distancia. 😉
Otro gran error es que buscamos premios muy blandos que se puedan partir con la mano. Si son blandos, es porque llevan glicerina y ablandadores, ambas cosas nefastas para la salud bucal y maxilofacial de los perros.
Los estudios que se realizan cada año por profesionales del sector demuestran que más del 80% de los perros sufren de gingivitis, les duelen las encías al morder cosas duras. ¿Qué sentido tiene que un perro no sea capaz de roer un hueso recreativo/galleta cuando tiene una de las mordidas más fuertes? Pues, porque cuanto más blando come, más blandas tienen las encías, y esto, sin duda, es un serio problema de salud.
Tenemos clientes humanos que cuando ven lo duras que son nuestras galletas, se quejan y no se atreven a dárselas a sus perros, pero cuando nos dejan aconsejarlos, ponen en práctica la paciencia y dejan a sus perros con su galleta. Ven cómo con el paso del tiempo las van chupando, arrancando trocitos poco a poco, ejercitando sus encías y mandíbulas, y al final, acaban teniendo unas bocas de lo más fuertes. Con decirte que tenemos muchos clientes de más de 12 años que no han vuelto a pasar por una limpieza bucal tras comer habitualmente nuestras galletas.
¿Algún perro famoso ha probado vuestras cosas? ¿Sois ya proveedor oficial de algún can influencer?
—Sí, ya son muchos los perros famosos que comen nuestras galletas habitualmente, pero para nosotros todos nuestros clientes son influencers, ya que cada uno de ellos tiene su espacio en nuestras redes.
Para acabar: si un perro quisiera convencer a su humano de que le compre algo de Miguitas, ¿qué técnica debería usar? ¿Mirada intensa? ¿Sentarse sin que se lo pidan? ¿Drama sutil?
—Ya tenemos muchos clientes que utilizan todas esas técnicas, jajaja. Tenemos al dramático que, al pasar por la puerta, se tira al suelo panza arriba y no hay forma de avanzar. El que, desde la esquina de la calle, ya viene aullando o ladrando como loco. El que se sienta en la puerta y usa la técnica de mirar a los ojos a su familia e insistentemente mirar en dirección a la cámara pastelera. Tenemos el que se escapa al salir del portal de un tirón o estando en el parque jugando con sus amigos, se acuerda de nosotros y viene corriendo a la tienda sin poder pararlos (tenemos el teléfono de las familias de estos reincidentes para llamarles cuando aparecen) jajajaja.
Y el más entrañable de todos, aunque ya no está en este mundo, seguimos recordándolo con mucho cariño. Era un abuelito muy mayor y muy grande, que no podía ponerse de pie solo, pero que sí se esforzaba por levantarse sin ayuda cuando su familia le decía que le iba a llevar a Miguitas.
🐾 ¡Hasta la última miga!
Desde el primer mordisco hasta esta última línea, Miguitas no es solo un obrador: es un lugar donde se hornea con alma, donde cada receta tiene propósito, y donde los perros salimos siempre con el rabo más contento que cuando entramos.
Gracias, Charo, por todo lo que haces por nuestros estómagos, nuestras encías y nuestras sonrisas peludas.
Con las patas limpias y el corazón contento,
Un Perro Implicado
🐾 Hasta luego, amiga