Una charla con Óscar Murguía desde la mirada de Un Perro Implicado.
¡Guau, qué emoción! Hoy os traigo algo diferente, algo que huele a campo, a tierra mojada, a lana y a trabajo en equipo del de verdad. Y es que me he sentado (bueno, me he tumbado) a preparar unas preguntas para alguien muy especial: Óscar Murguía, de Murguía Border Collie.
Óscar y yo —porque sí, yo, Un Perro Implicado, tengo mis conexiones— nos conocemos desde hace tiempo. Él siempre ha estado implicado, con mayúsculas, en ayudar a los perros de ImpliCAN a encontrar su lugar, su propósito, su foco… y también a sus humanos. Tiene un olfato fino para detectar potencial y una sensibilidad brutal para entendernos, sobre todo cuando lo nuestro es el pastoreo deportivo.
Y como no podía ser de otra manera, le he preparado una buena tanda de preguntas. Porque aquí no venimos solo a correr detrás de las ovejas, venimos a entender qué pasa por nuestras cabezas (las caninas y las humanas) cuando se enciende esa chispa.
¿Qué puede aportar el pastoreo deportivo a un perro como yo? ¿Es solo una actividad física o hay algo más detrás?
El pastoreo, -deportivo o antideportivo,- porque yo solo entiendo la palabra pastorear en los perros, y los otros calificativos son más del, o para el humano, te entrega la finalidad de la vida. El sentido, de tu gen. La experiencia innata, de tu ser. Un bienestar, comparado con nada.
La actividad física, viene como consecuencia de la emocional. Del sentido primero e innato de la percepción, que recorre después esa otra parte emocional, llegando finalmente a ese apartado cognitivo. Y por tanto, y como respuesta o consecuencia, se da esa respuesta también física. Ese es un poco el orden, y el sentido de esto.
¿Crees que todos los perros nacimos para pastorear, o es algo reservado a unos pocos con “papeles”? ¿Hay sitio en el redil para un mestizo implicado?
Es algo reservado a todos esos que tengan esa impresión, no en papeles, sino en los genes. Los papeles en ocasiones son, una manchadura del decir de muchas cosas, pero no la autenticidad de nada. La seguridad implícita.
También es cierto que es una inigualable ayuda para conocer, y tener presente, el desencadenamiento de los años, y el hilo conductor de las virtudes. Así que, no hay mejor prueba, que exponerlos a la experiencia.
¿Qué crees que piensa un perro cuando está pastoreando? ¿Está resolviendo un puzzle, está jugando, está trabajando?
Que la vida merece la pena!
No piensa, siente. ¡¡Siente!! Está transmitiendo su sentimiento, y su percepción, a una parte más lógica, para su comprensión más profunda. Es otra cosa. Ni juega ni trabaja. Merece la pena.
¿Notas diferencia entre un perro que empieza en el pastoreo y uno que ya lleva tiempo? ¿Nos cambia por dentro?
Bueno, la diferencia puede ser del grado de conocimiento que uno tiene o no, sobre lo que está haciendo. También un poco por eso, la concentración y la canalización de según qué emoción, es otra, pero, desde casi las primeras sesiones de un perro, todo se encaja casi de inmediato, independientemente de su nivel.
¿Qué se necesita para iniciarse en el pastoreo deportivo? ¿Hace falta experiencia previa o lo importante es tener ganas y un buen acompañante humano?
Ir a Decathlon y comprarse el kit de pastoreo, como se hace un poco por Europa, y también en España, ja ja…
Si lo ves como un deporte —y muchos lo hacen, y me parece bien, y perfecto, pero no coincido para nada con ellos— te estás perdiendo lo mejor. La cosa pequeña; pero enorme; que se esconde en ese otro lugar. Es inapreciable, e imperceptible, pero tremenda a ojos de según quién. Para los míos, inmediata.
¿Un perro familiar puede hacer pastoreo deportivo o esto es solo cosa de profesionales y campeones? ¿Cabe un sofá y un rebaño en la misma vida?
Cualquier perro, como cualquier persona, puede desarrollar aquel impulso e instinto que lleve dentro. Esas habilidades naturales que ha traído. Así que cabe de cualquier forma, y en cualquier lugar. No es dónde, ni qué, es cómo.
¿Es cierto que el pastoreo cansa más que correr? ¿Puede ser una forma sana de “cansar la mente” y no solo las patas?
Es una forma de encontrar un bienestar tan distinto, que quita la necesidad de tratar de buscar según qué, para quitarse en parte, la angustia, de estar perdido. Del no encontrar nada, con completa satisfacción personal. Es más esto, que cualquier otra cosa que se pueda pensar.
¿Qué tipo de desgaste mental tiene una sesión de pastoreo? ¿Nos estimula como un sudoku perruno?
Ocurren muchas cosas en la cabeza, y en ese ejercicio mental, pero es más de la consecuencia de una gestión emocional, de una comprensión de unos estímulos internos, y más etcéteras, que exclusivamente del desempeño de una cabeza y su función.
¿Un perro sin mucho instinto puede disfrutar del pastoreo? ¿O es algo que si no llevas dentro, mejor buscar otra cosa?
Si hubiere algo, por poco que fuese, a su medida, le da lo mismo, a otra escala. Pero tiene que hacer algo, si no, como dices, a otra cosa.
¿Se puede pastorear sin ovejas? ¿Hay alguna forma de entrenar o jugar a pastorear sin tener acceso regular a un rebaño?
No. Rotundamente no. Se tiene que dar con otros animales, y nunca con objetos u cualquier elemento. Eso es un disparate. Podría explicar este punto, pero es largo. No.
¿Cómo sabes que un perro está disfrutando en el campo? ¿Hay señales claras que te hacen ver que conectamos con lo que hacemos?
Tú, como perro, en cuanto veas uno, notarás la diferencia. El lenguaje corporal, es tan exageradamente claro, aunque sea por unos leves matices del cuerpo, que enseguida sabrás lo que es un perro, o un ser, sin ningún gesto ni muestra, de no calma o de lo que fuera. Verás una figura sin nada.
¿Qué es lo más bonito que te ha enseñado un perro pastoreando? Una de esas cosas que no se aprenden en libros… sino en el barro, con las patas puestas.
¡Que he venido al vivir, para esto!
Me han sacado esos silencios que tanto me han acompañado desde niño, porque nunca vi lo que otros veían. Siempre mis ojos se iban a otras cosas. Algunos perros, le han dado sentido a mis ojos.
¿Qué errores cometen los humanos cuando empiezan a pastorear con sus perros? ¿Hay algo que deberíamos contarles para que no se frustren ni nos frustren?
Pensar, en lo que fuere. Pensar. Ese es el primero. Y luego más tarde les vienen otros dos: la de la ejecución como si las órdenes fueran una necesidad de un movimiento, y finalmente, el veneno de la competición. El estar pensando en más allá, siempre, y llevar eso a cada cosa del ahora. En definitiva, lo que viene a ser el yo, y no el otro. O el otro en mí, a lo sumo.
¿Cómo cambia un perro tras hacer pastoreo de forma regular? ¿Nos volvemos más seguros? ¿Más tranquilos? ¿Más nosotros?
Más vosotros, más yo. Más siempre. Más algo. Más por fin. Más con todo, más sin nada.
¿Cuál es tu objetivo cuando entrenas a un perro para el pastoreo deportivo? ¿Es competir, conectar, mantener una tradición, disfrutar?
Mi objetivo es siempre, sacar lo que el perro es, y tratar de ayudar en caso necesario, en sus carencias. Busco la forma que puede tener, con la existencia de lo que él transita.
Lo demás, (lo que fuere), llega siempre luego, y como consecuencia final de esto.
¿Qué le dirías a un humano que nunca ha visto a un perro pastoreando? Si pudieras hacerle sentir lo que sentimos nosotros ahí, en medio del campo… ¿qué le contarías?
Yo no soy de decir, o de dar consejos. Yo soy más de dejar a la gente en paz. En algunas ocasiones, debido a lo que se supone que es mi trabajo, trato de mostrar ese sentimiento que al perro le llega. Trato de hacerlo visible. Algo que yo mismo puedo sentir, primeramente porque se me da bien ver lo que ocurre por dentro, y también porque el sentimiento que a mí me invade y me trae a esto, es similar y de una naturaleza muy parecida al que muchos de esos perros tienen. Innato, inquerido, inmediato, sin sentido, hecho uno mismo.
Eso trato de hacerlo, pero es difícil de hacerlo llegar. En general, el hombre no guarda dentro nada mayor que él mismo. Una fuerza involuntaria que lo arrastra como una marioneta al antojo del ser. Las palabras las escuchan y las entienden, pero no es ni de entender ni de escuchar, eso. Es de rechupetear esa sustancia invisible, pegada a los huesos de las cosas. De una pulsión parecida, a otro vivir. Es difícil. Yo hago. El que quiera, que observe.
¡Gracias, Óscar!
Nos despedimos deseándote muchísima suerte en el próximo CATPE 4, que se celebrará los días 5 y 6 de julio en tus instalaciones de Murguía Border Collie. Seguro que será un encuentro de esos que dejan huella… en las patas y en el corazón.
¡Nos vemos en las Campas!